info@redbioetica.com.ar | viernes 03 de octubre de 2025
Categorías
Bioética y sociedad

Manifiesto Bioético Latinoamericano para el día después

Manifiesto Bioético Latinoamericano para el día después

Descargar en versión PDF

La pandemia producida por el COVID-19 ha igualado a los habitantes del mundo en cuanto al peligro de contagio, a la necesidad de oportuna prevención y a la asistencia médica. Al mismo tiempo ha puesto en descubierto:

  • La desigualdad entre países y también al interior de cada uno de ellos;
  • La debilidad de los sistemas de salud y la falta de acceso a atención segura y oportuna (derecho a la salud).
  • Normativas y acciones de discriminación y de estigmatización.
  • La vulnerabilidad de las poblaciones más desposeídas,
  • El impacto a corto y mediano plazo de las medidas de aislamiento, sea voluntario o compulsivo.
  • La lucha de intereses sectoriales que aprovechan para sacar ventajas de la emergencia (aumento de precios, desabastecimiento)

Los Ex Alumnos del Programa de Educación Permanente en Bioética (PEPB) hemos analizado las realidades de nuestros países en el contexto de la pandemia. Así, llegamos a la conclusión que el mundo no puede seguir siendo el mismo, ya que en situaciones tan graves como la actual, no nos proporciona equidad, contención, ni tranquilidad.

Pensando en el día después de la pandemia, elaboramos este documento para empezar a cambiar nuestro modo de vivir, enmarcando las acciones en la Bioética y los Derechos Humanos.

MANIFIESTO BIOETICO LATINOAMERICANO PARA EL DÍA DESPUÉS

Durante la pandemia COVID-19 el Fórum de Ex-Alumnos del Programa de Educación Permanente em Bioética, REdbioetica UNESCO se manifiesta como personas que viven en América Latina y Caribe, cumpliendo con el compromiso por la Bioética y los Derechos Humanos:

La pandemia por el coronavirus (SARS-CoV-2), reconocida primero en la ciudad china de Wuhan, en diciembre de 2019, se esparció rápidamente por el todo el mundo, sacudiendo profundamente las certezas del capitalismo globalizado y su lógica de mercado.

La intensa movilidad a través de la aviación comercial y turística altamente rentables, se transformaron en el principal vehículo de diseminación de la enfermedad y mortalidad. Los países tuvieron que controlar sus fronteras, reduciendo la movilidad social y sus economias. Las personas fueron llamadas a permanecer en aislamiento social en su casa durante la cuarentena. Inesperadamente se produjo una debacle mundial y pocas autoridades gubernamentales de todo el mundo, comprometidos con intereses de élites empresariales y financieras, asumieron posturas negacionistas en relación a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.

Mientras que la epidemia se diseminaba primero por Europa, posteriormente en Estados Unidos y finalmente en América Latina, determinando millares de muertes, la discusión de medidas de aislamiento social y medidas de apertura para retomar la economia paralizada, se asumiría como estrategia central para enfrentar la epidemia.

Bajo este escenario, la propagación por contagio directo de manera exponencial promovió el colapso de los sistemas de salud, representado principalmente por la escacez en la oferta de camas en Unidades de Cuidados Intensivos, la falta de ventiladores, equipo de protección personal y medicamentos.

La manera de reducir la velocidad de propagación de la epidemia, defendida por la OMS, incluye cuidados de higiene personal, uso de mascarillas protectoras y aislamiento social, para evitar la sobrecarga excesiva en los hospitales. Aplanar la curva de propagación, reducir el pico de los contágios, pasó a ser el objetivo para salvar vidas antes de tener que utilizar la atención hospitalaria.

Durante el período de reclusión, la velocidad de propagación de la enfermedad sirve como estímulo potente para repensar el presente del mundo en que vivimos el sistema político-económico globalizado que no consigue responder a las necesidades sociales de las personas, antes bien promoviendo desigualdades y vulnerabilidades. Ese mundo no volvera a ser el mismo, se verá una ¨nueva normalidad¨, en la cual estarán también inscritos nuevos horizontes epidémicos.

Que el “día después” no excluya los aspectos sociales y ambientales a fin de no causar daño a las personas y al medio ambiente, y que presente mejores propuestas para la mayoría.

Así, esperamos:

1. Considerando que los Estados Nacionales tienen la responsabilidad de respetar, proteger y promover la dignidad de las personas y los Derechos Humanos, según lo determina la Declaración Universal de  Derechos Humanos de la ONU de 1948 y ratificado por la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de Unesco en 2005, proponemos una agenda de transformaciones para una vida mejor entre las personas, con paz y armonía entre las naciones, a través de acciones de reorganización social y de desarrollo de la potencialidades humanas para promover la solidaridad y proteger a los seres vivos y al medio ambiente.

Consideramos que las Comisiones Nacionales de Bioética deben trabajar junto con las autoridades estatales en la elaboración de estrategias para afrontar la pandemia. En el mismo sentido, los Comités de Bioética locales tienen que participar activamente en la toma de decisiones dentro de las instituciones.

2. COVID-19 puso en evidencia la fragilidad prácticamente de todos los países y la necesidad de reorganización de los hospitales y los servicios de salud por su grado de complejidad, acciones preventivas y forma de enfrentar las enfermedades, incluyendo nuevas pandemias virales.  Es evidente que todas las naciones deben proteger el derecho a la salud a sus poblaciones, y las iniciativas deben ser solidarias e internacionalizadas. Los medicamentos y equipamentos hospitalarios deben ser accesibles para la reorganización de los sistemas de salud y los recursos humanos en salud deben estar calificados, sus condiciones de trabajo ser adecuadas y bien remuneradas.

  • Organizaciones de salud orientadas para priorizar los Servicios de Salud de Atención Primaria, secundaria y terciaria.
  • Posicionamiento del personal sanitario con sus más altos estándares profesionales  como pilar fundamental para el bienestar de la población.
  • Sistemas Públicos de Salud que permitan que todas las personas sean atendidas con equidad, sin importar la condición de los pacientes ante cualquier enfermedad.
  • Investigaciones en Salud Pública, medicamentos para enfermedades prevalentes y vacunas, realizadas en un marco ético y con patentes liberadas para contar con libre acceso por parte de la población, y garantizadas por el Estado.
  • Respeto a la autodeterminación de los pacientes, al consentimiento libre y esclareciendo las directivas de voluntades anticipadas; con acceso a cuidados paliativos cuando se trate del tratamento indicado, para evitar el ensañamiento o crueldad terapéutica.
  • Respeto a los grupos vulnerables, niños, personas mayores, incapacitados, personas con deficiencia mental grave, personas en situación de calle, pueblos indígenas, afrodescendentes, refugiados y privados de libertad, que necesiten atención y protección especial, evitando la estigmatización.
  • Derecho a la muerte digna y respeto a la privacidad y confidencialidad.
  • Humanización y empatía en la atención, con respeto a los familiares y sensibilidad para dar malas notícias.
  • Apoyo y asistencia psicológica por los sentimientos de persecución, vulnerabilidad, impotencia, aislamiento, despersonalización, miedo y ansiedad incertidumbre, entre otros; que la pandemia, el confinamiento y la sobrecarga de información, en muchos casos falaz e irresponsable, generado en las personas.
  • Aumento del uso racional de las  Tecnologias de Información y de la Telemedicina y Tele-educación favoreciendo el apoyo de los profesionales de la salud, los pacientes y en los establecimientos de salud, respetando la privacidad y confidencialidad de datos personales y nunca colocarla como herramienta de control social o biopolítico que  promueva la invasión del espacio íntimo.  

3. Revertir la lógica de producción para el consumo que genera mercados de productos superfluos con fines meramente lucrativos y promueve un ejército de trabajadores esclavos, de bajos salarios, incluso de niños, aumentando exponencialmente los lucros empresarios. Toda la producción debe estar enfocada a necesidades educativas, sociales, culturales, deportivas y de recreación. Las jornadas de trabajo deben ser optimizadas para no promover el desgaste, enfermedades o malestar. En situaciones de desempleo las personas necesitan contar con un subsidio garantizado por el Estado, que les permita sobrevivir con dignidad.

  • La reorganización del trabajo y de la vida, como los subsidios o ayudas financieras a las grandes empresas, deben ser reducidas o suspendidas. Las grandes fortunas y los lucros bancarios deben ser gravados con impuestos que se deben reinvertir en servicios y actividades necesarias para la población.
  • La pandemia demostró que el trabajo a distancia es una alternativa válida que evita perdida de tiempo de traslado y contaminación ambiental promovida por los medios de transporte existentes actualmente, así como reduciendo las aglomeraciones de personas que pueden ser condiciones para la transmisión de enfermedades infecciosas.
  • Promover la vida con ocupaciones simples como acción voluntaria y desalentar el consumismo que acentúa las desigualdades sociales.
  • Seguridad Urbana, que incluye vivienda para todos y transporte público a bajo costo e, igualmente digno para todos.
  • Combatir el tráfico de personas (niños, mujeres, migrantes, trabajo esclavo, etc.) con todas las medidas disponibles a través de la cooperación internacional.
  • Combatir el tráfico de órganos y toda forma de explotación de personas entre países y dentro de los países.

4. La Educación Pública debe proveer a todas las personas de la enseñanza básica y fundamental, para garantizar el desarrollo de sus potencialidades conforme a la voluntad de cada uno, con acceso universal a Internet y tecnologias de la información. La educación superior debe ser proporcionada a todo aquél que así lo desee.

  • Las guarderías son necesarias y deben estar disponibles para todos los niños, asegurando a la vez, el cumplimiento de las normas oficiales que garanticen  su seguridad y su protección integral.
  • Licencias de maternidad y paternidad que permitan la reorganización de las famílias para mayor dedicación de los padres a la crianza de los hijos pequeños.
  • La mayor permanecia de las personas en su domicilio representa un cambio en los hábitos de trabajo y de vida, muestra la carencia de habilidades para la convivencia familiar y para ser feliz consigo mismo, ya que se busca productividad y competitividad en la época actual. Se han aumentado las circunstancias de violencia en contra de las mujeres, niños y mayores de edad, lo que implica entornos de reorganización social post-pandemia.
  • La importancia de encontrar sentido a la reorganización de tiempos y espacios y de sustentar relaciones de armonía en el hogar, durante y después de la pandemia, dan valor a la educación a distancia y a las actividades volcadas al crecimiento interior, desarrollo personal y a las relaciones interpersonales.
  • Fuera del ámbito cientifico, la cultura y las tradiciones populares, agregando la enseñanza de las artes, pueden propiciar una formación personal que considere la sensibilidade y el respeto a la diversidade cultural, de género y étnica.

5. Además del control de la contaminación, la destruccion de la naturaleza y de la biodiversidade es fundamental en el sentido promover la Salud del Planeta. El uso de agentes y fuentes contaminantes debe ser sustituido por energia limpia. El medio ambiente debe ser revitalizado y protegido a través de programas de reforestación, rotación de cultivos y protección de los animales.

  • Grandes incendios destruyen nuestras selvas, por intereses de pocos empresarios del agronegocio, de latifundistas que se dedican a la cría del ganado, asi como culturas contaminantes, tienen que ser controladas, ya que colocan en riesgo el futuro del planeta y de la humanidad.
  • Propietarios de madereras o mineras que invaden tierras demarcadas de reservas indígenas, asesinando y expulsando a los sobrevivientes de pueblos autóctonos, violentando sus derechos y promoviendo también la destrucción de la naturaleza, deben acabar.
  • Promover la reforma agraria donde sea necesario, con inversión de recursos de soporte tecnológico y científico para la producción familiar y cooperativas de campo.
  • Los monocultivos de semillas transgénicas, como también el uso de agrotóxicos, deben ser suspendidas, lo que ya ocurre en varios países de Europa.
  • La alimentación orgánica libre de venenos través de la permacultura y de la agroecologia ya es una realidad que debe ser expandida, pues promueve la mejor absorción de la mano de obra en el campo y fortalece gran parte de la alimentación saludable en la mesa de las poblaciones. 
  • Fomentar la producción y comercialización local de alimentos.
  • La Seguridad Alimentaria debe ser prioridad en todos los gobiernos, es inaceptable la persistencia de malas condiciones en pleno siglo XXI. Las oferta de alimentos saludables deben ser para todos.
  • Promover la construcción de huertas locales urbanas reduciendo los gastos y la contaminación provenientes de transporte de alimentos a larga distancia.
  • La industria del sufrimiento y la enfermedad que incluye el control de semillas trangénicas, los agrotóxicos que que causan enfermedad y matan, y medicamentos quimioterapéuticos para el tratamento de enfermedades que las propias industrias de venenos y farmacéuticas producen, optimizando y expandiendo lucro, es una afrenta que se tiene que terminar.

La pandemia COVID-19 nos desafía a pensar en el mañana. El mundo no será el mismo, una profunda crisis económica y social se avecina. El mañana es incierto. Lo que veremos es incierto. Frente a la realidad mundial, donde muchos Derechos Humanos ya no son respetados, existe el riesgo de que los principales responsables para la promoción de desigualdades y miseria, vean una oportunidad de profundizar sus ímpetus para acumular el riquezas, poder y explotación. Nosotros al contrario, apostamos por la construcción de otro mundo posible, acogiendo nuevos paradigmas que surjan  de las diferentes culturas y su cosmovisión puestas al servicio del bien común, basado en la solidaridad y el respeto a la dignidad de personas y naciones.

El Fórum de Ex-Alumnos de Programa de Educación Permanente en Bioética, Redbioética UNESCO, lanza este Manifiesto por el cuidado de la Vida, la Etica y el Futuro de la Humanidad, llamando a la población de América Latina y el Caribe a unirse en torno de estos objetivos comunes para el dia después.                   

Coordinadores: Rogelio Amoretti; María Inés Villalonga. Traducción: Leticia Alfaro Ramos. Autores: Adriana L. Moralez; Ana Concepcion G. Polanco Anaya; Ana M. Granada; Andrea E. Catanzaro Mougan; Carolina Angelini; Caroline Rech; Cecilia M. Surdo; César E. Salazar Yánez; Claudia Castello; Cristopbalina Betemit; Dalmacia Noguera; Daniel W. Chaves Ramírez; Diana del Valle Ahumada; Dominique Truan; Edith Hernandez Narvaez; Eduardo Garcia Solis; Eduardo Pinos; Elizabeth Zapata Viganoni; Elsa I. B. Oblitas; Enrique L. Pianzola; Evelyn Wibmer; Germán V. Cadena Hormaza; Gilson E. Chaves de Matos; Gloria B. Marinero García; Graciela N. Bernardo; Gustavo Soñora; Hugo Rodríguez Almada; Ingrist Alemán; José Arias; Jose L. Tapias; Leticia Alfaro Ramos; Lindolfo Mendoza Rodriguez; Luis M Bogado; Marcela Aburto; María de L. Llerena Cepeda; Maria Del Rosario Araujo Flores; María I. Umpiérrez Perciante; Maria L. Vent; María S. Ripoll; María T. Catoira; Maria T. Kuhlmann; Mariana Ghigliotto, Mario H. Alvarez Daniel; Marta H. Bustos Navarro, Martha L. Naranjo Muñoz; Martha Meza Cruz; Matilde Peguero Payano; Miriam A. Carracedo; Nelly I. Moreno Gutiérrez; Omar F. Hiruela; Pablo A. Atencio; Pablo F. Jara; Pamela Lobos Diaz; Patricia Borba Marchetto; Patricio D. Godoy; Paula A. Shiraishi Ferreyra; Roberto B. Quispe Vilca; Roberto W. Huamani Guzman; Rosa del P. Lopez Ruales; Rosa Quinde Calderón; Sandra Tejera; Sara G. Guerra Vivar de Aldana; Sara Leonor Mercado; Susana B. Sánchez; Vanesa Rocio Orellana Caro; Yaroslava Robles Bykbaev.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.