Libertad de expresión y de opinión
Libertad de expresión y de opinión
Artículo 19 de la DUDH
¿Por qué una organización de derechos humanos acudiría a un tribunal para apoyar a alguien con quien se opone de manera fundamental debido a sus opiniones políticas extremistas o sus posturas éticas? ¿Un pornógrafo, tal vez? ¿O un anarquista? Porque gracias a los derechos establecidos en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), todos tenemos derecho a formar nuestras propias opiniones y a expresarlas y compartirlas libremente.
“Si no creemos en la libertad de expresión para la gente que despreciamos, no creemos en ella para nada,” asegura el lingüista y activista político Noam Chomsky. Human Rights Watch añade: “la libertad de expresión es un referente: cómo una sociedad tolera a aquellos que son minoría, se ven desfavorecidos o incluso tienen posturas ofensivasserá a menudo un reflejo de su actuación en cuanto a los derechos humanos en general.”
Este derecho apuntala muchos otros, como el de libertad de culto, asamblea y la capacidad para participar en asuntos públicos.Pero la libertad de expresión no es ilimitada.Una metáfora habitual para describir sus límites es que no puedes gritar falsamente “fuego” en un teatro lleno de personas, al causar pánico y posibles lesiones. Otras formas de expresión que no están protegidas incluyen la pornografía infantil, el perjurio, los chantajes y las incitaciones a la violencia.
Los redactores de la DUDH lidiaron con el problema de qué tan tolerante una sociedad tolerante debería ser respecto de personas como los nazis o los fascistas, que a su vez son intolerantes. Los redactores eran sumamente conscientes del rol que habían desempeñado los medios y la industria cinematográfica nazi en la creación de un entorno que permitió la matanza de 6 millones de judíos y otros grupos, como los roma y las personas con discapacidades. Tras ganar el poder en 1933, los nazis usaron una nueva serie de leyes y regulaciones para aplastar a los medios independientes, sustituyéndolos por una maquinaria totalitaria de propaganda fanática, dirigida por Joseph Goebbles, el “Ministro para la ilustración pública y propaganda del tercer Reich”.
Como resultado de lo anterior, cualquier defensa del odio nacional, racial o religioso que constituyera una instigación a la discriminación, hostilidad o violencia fue explícitamente prohibida cuando la DUDH fue traducida a leyes internacionales vinculantes en tratados posteriores. En el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la libertad de expresión ocupa el mismo apartado (artículo 19) que en la DUDH y provee criterios explícitos que los gobiernos deben cumplir al restringir la libertad de expresión. El artículo 20, a su vez, establece los límites de la prohibición a la provocación.
Los resultados potencialmente letales del discurso de odio – incluyendo su capacidad para permitir violaciones del derecho a la vida a escala masiva – se vieron claramente cuando la Radio Mille Collines de Ruanda sentó las bases para el genocidio de 1994 al deshumanizar a sus compatriotas y etiquetarlos como enemigos. Aproximadamente 800.000 personas fueron asesinadas. De manera más reciente, en Myanmar, mensajes de incitación al odio y la violencia se esparcieron a una velocidad alarmante en Facebook y podrían haber contribuido al genocidio y los crímenes contra la humanidad. La Misión Internacional Independiente de Investigación de las Naciones Unidas sobre Myanmar señaló el uso de Facebook por parte de los militares en Myanmar como herramienta para incitar al odio y diseminar información falsa para justificar sus acciones contra civiles. Como consecuencia, Facebook cerró varias de esas cuentas.
Fuente: Noticias ONU 28-11-2018


