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Bioética Clínica

La hepatitis y la muerte prematura

Invertir en diagnosticar y tratar la hepatitis evitaría 26 millones de muertes prematuras

Una de las metas de la medicina es evitar la muerte prematura, es una de las formas más efectivas de defender el derecho a la vida. Muchas veces se confunde la auténtica finalidad de la medicina con la atención a la enfermedad, sin embargo en reflexiones como la que sigue podemos caer en la cuenta que la auténtica tarea médica es evitar enfermedades evitables, teniendo conciencia que “la enfermedad” como tal no es evitable, pero si ciertas enfermedades que dependen de condiciones de vida instauradas por regímenes político-económicos que no cuidan la vida de las poblaciones.

¿Qué es la hepatitis?
La hepatitis viral es una inflamación del hígado causada por uno de los cinco virus de la hepatitis, llamados tipo A, B, C, D y 80% de las personas que viven con hepatitis no tiene acceso a los servicios sanitarios básicos para prevenirla y tratarla.

La hepatitis A y la E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados. Las hepatitis B, C y D se producen de ordinario por el contacto con humores corporales infectados. Son formas comunes de transmisión de estos últimos la transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados, los procedimientos médicos invasores en que se usa equipo contaminado y, en el caso de la hepatitis B, la transmisión de la madre a la criatura en el parto o de un miembro de la familia al niño, así como el contacto sexual.

La infección aguda puede acompañarse de pocos síntomas o de ninguno; también puede producir manifestaciones como la ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), orina oscura, fatiga intensa, náuseas, vómitos y dolor abdominal.

En vísperas del Día Mundial contra la Hepatitis, que se celebra este domingo, la Organización Mundial de la Salud ha hecho un llamamiento a todos los países para que aprovechen las recientes reducciones de los costos de diagnóstico y tratamiento y aumenten sus inversiones para eliminar la enfermedad ya que la mayoría de los líderes mundiales y el público en general siguen sin ser conscientes de ella.
Según un estudio de esta Organización, publicado por la revista especializada Lancet Global Health, si se invirtieran 6000 millones de dólares anuales para erradicar la dolencia en 67 países de pequeños y medianos ingresos, se evitaría la muerte prematura de 4,5 millones de personas de aquí al año 2030, fecha para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y hasta 26 millones después de ese año.
Para que la hepatitis viral deje de ser una amenaza de salud pública en esos 67 países, harían falta 58.700 millones de aquí al 2030, lo que reduciría las nuevas infecciones en un 90% y las muertes en un 65%.

“En la actualidad, el 80% de las personas que viven con hepatitis no tiene acceso a los servicios sanitarios básicos que necesitan para prevenirla, diagnosticarla y tratarla”, ha asegurado el director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus.

En 2016, sólo el 10%, unos 27 millones, de las personas con hepatitis B sabían que estaban infectadas, y solo el 17% de estas, alrededor de 4,5 millones, recibían tratamiento. En 2017, solo el 19%, en torno a 13,1 millones, de las personas con hepatitis C sabían que estaban infectadas, y solo el 15% de estas, aproximadamente dos millones, recibieron tratamiento curativo ese mismo año. En general, entre 2014 y 2017, cinco millones de personas han recibido tratamiento curativo para la hepatitis

Además, la inversión en el diagnóstico y tratamiento para las hepatitis tipo B y C puede ahorrar los costos del cuidado a largo plazo de otros padecimientos como la cirrosis y el cáncer de hígado, que resultan de no tratar el virus..

Las infecciones crónicas de la hepatitis A y B pueden ser asintomáticas durante años o decenios, pero lenta y silenciosamente dañan el hígado, y acaban por causar cáncer. Más del 60% de los casos de cáncer de hígado se deben a la detección y tratamiento tardío de esas infecciones. Dos tercios de estos casos de cáncer son causados por la hepatitis B, y un tercio por la hepatitis C.

En la región de América Latina, alrededor de once millones de personas conviven con el virus: 3,9 millones de personas viven con hepatitis B crónica y 7,2 millones con hepatitis C crónica, lo que ocasiona más de 125.000 defunciones anuales.

Por ello se ha establecido la Campaña por el Día Mundial de la Hepatitis bajo el lema de que invertir en diagnosticar y tratar la hepatitis evitaría 26 millones de muertes prematuras.

Fuente: Noticias ONU, 26-7-2019, Programa infosalud.com
https://news.un.org/es/story/2019/07/1459761

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