info@redbioetica.com.ar | lunes 20 de octubre de 2025
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Bioética Clínica

La firma del consentimiento informado

La firma del consentimiento informado es más intuitiva que racional

La conferencia de apertura del XXVI Congreso Derecho y Salud, a cargo de Santiago Cavanillas Múgica, catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Islas Baleares, analizó cómo las personas piensan y toma decisiones. Su conclusión fue que las decisiones que requieren de mayor meditación y análisis y, por tanto, de un mayor razonamiento, están más influidas de lo que parecería por la inteligencia intuitiva. Esta manera que tiene de colarse la intuición en la toma de decisiones es a lo que hacen referencia los sesgos cognitivos, retrospectivo y de anclaje, que afectan a las decisiones de jueces y peritos en demandas médicas de mala praxis así como las de los pacientes.

«El sesgo retrospectivo consiste en que cuando sabemos que el resultado de una acción, tendemos a pensar por intuición que en el momento que se tomó la decisión todo era muy previsible…»Hay estudios que explican que los peritos tienden a encontrar más indicios de una enfermedad en un radiografía cuando conocen qué enfermedades sufría el paciente». Este sesgo puede relacionarse con el reproche judicial de que no se puede hacer un juicio a posteriori que, además, encontramos en muchas sentencias. Sin embargo, el autor apunta que «jueces y peritos debieran estar protegidos contra este sesgo por su propia profesionalidad».

El sesgo por anclaje también afectar a jueces y peritos y «tiene que ver con las elevadas indemnizaciones por daño moral que se conceden en los juicios por malas praxis médicas». Pone un ejemplo real: «En una operación de rodilla, el médico excedió de la intervención programada sin el consentimiento del paciente, aunque no hubo más daño que el moral, derivado de la falta de información y autorización del paciente. Se concedió una indemnización de 30.000 euros, que es entre 5 y 10 veces mayor de lo que recibe la víctima de una violación por este mismo concepto, el de daño moral». Esa «desproporción» se produce porque en la demanda se solicitó una indemnización de 180.000 euros por mala praxis y, aunque hubo absolución en este caso, el juez tiene en mente esa cantidad, que le produce el citado sesgo. «La cifra solicitada inicialmente puede influir en que los jueces estén dando unas indemnizaciones tan elevadas por el daño moral».

En relación a los pacientes, Cavanillas reconoce que «la firma del consentimiento informado es una decisión muy afectada por sesgos cognitivos, así que es más intuitiva que racional». De este modo, reconoce que la protocolización «del CI es lo que menos necesita el paciente para evitar las decisiones más intuitivas». Y concluye advirtiendo que «las decisiones sobre los riesgos y las probabilidades son las que más están afectadas por los sesgos cognitivos».

Soledad Valle
https://www.diariomedico.com/

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