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Bioética y sociedad

La educación pos-pandemia

La educación pos-pandemia 

Reproducimos un comentario sobre educación pos pandemia que nos parece fundamental a la hora de pensar realmente en qué debe consistir una educación pos pandemia.  Extraigo una frase del texto porque es la clave de todo el planteo ya que expresa lo que se espera de la educación no sólo en este comentario sino en multitud de otros que se plantean que la educación debe cambiar. Si “La educación consiste, básicamente, en transmitir conocimientos, inculcar capacidades para utilizarlos y desarrollar habilidades para solucionar problemas con ellos, tanto teóricos como prácticos”, está claro que el planteo de este comentario y múltiples otros es cómo usar la tecnología para obtener mejores esclavos del sistema.  La educación debe cambiar y ello no significa que debe aprender a usar la tecnología sino que debe considerar nuevos valores, que está obligada a mostrar a niños, adolescentes y adultos que un mundo guiado por la codicia y el consumo va a su destrucción, que no se puede hablar de justicia mientras haya desigualdades y discriminación, que un valor irrenunciable debe ser la paz y para ello deben desaparecer las armas y los presupuestos militares, que el valor mayor no es la eficacia sino la dignidad de cada ser humano, que la relación con el otro, sea humano como no humano, debe basarse en la cooperación y no en la competencia.   

Indudablemente vivimos la cuarta revolución industrial de la alta tecnología, y en la acelerada era digital, pero todavía nos quedan por resolver algunas paradojas de la educación a distancia. El impacto no solo es en los estudiantes sino también en los profesores y en los maestros. Muchos de ellos se enfrentan a desafíos que no habían imaginado. Aunque los estudiantes de este siglo han nacido en la era digital y muchos de los educadores están entrenados en el uso de plataformas digitales, la dificultad en la educación a distancia impone múltiples desafíos. Numerosas instituciones están transformándose hacia esta nueva modalidad como plataforma de enseñanza alternativa, como un suplemento a las clases tradicionales, o como una emergencia en situaciones de crisis. Aún, cuando las herramientas tecnológicas han avanzado significativamente quedan por resolver numerosos aspectos para la adopción de técnicas y tecnologías para el aprendizaje en remoto. 30 Con fortuna, con la pedagogía correcta y las herramientas digitales adecuadas para una clase virtual, será posible superar los desafíos que la educación a distancia impone. Los estudiantes universitarios investigados recientemente sobre el tema manifiestan una preocupación muy grande sobre el futuro y sobre su formación. Se sienten con niveles elevados de estrés, ansiedad y soledad: el 54% indican que tienen dificultades para controlar los aspectos importantes de sus vidas, y el 56% menciona que se sienten aislados de los demás.

Además de indicar su preocupación por su seguridad personal, seguridad alimenticia o seguridad habitacional (15%). Estos estudiantes universitarios y de post grado no solo están preocupados por su presente: cuando se les interroga sobre qué piensan sobre el futuro, están intranquilos por la posibilidad de no encontrar trabajo (60%), o porque tendrán dificultades para cubrir el coste de vida (58%), o porque experimentarán dificultades financieras luego de su graduación (50%). Básicamente, lo atribuyen a que se graduarán en instituciones cuyos programas han sido impartidos a distancia, con un nivel de calidad inferior al de los tradicionales programas presenciales. En el caso de los alumnos de escuelas primarias y secundarias la preocupación es que la educación a distancia pueda ocasionar un impacto en el bienestar social y emocional. Al perder acceso a los adultos en los que confían, amigos y especialistas en salud psicológica, esta disrupción social puede impactar en el desarrollo mental e incrementar el riesgo de estrés, con consecuencias en el corto plazo para la salud psicológica y física, igual que a las consecuencias a largo plazo, como la capacidad de aprendizaje posterior en la formación universitaria. Para ello es necesario disminuir el número de alumnos en las clases virtuales y aumentar la colaboración e interacción con los profesores. Los grupos de jóvenes investigados sobre la educación a distancia documentan pérdida de relación social, fatiga por el método de enseñanza, desconexión visual en clase, irritación y visión borrosa.

Adicionalmente, indican falta de estructura al no haber horarios y rutinas ya que desde casa se pueden establecer las propias rutinas. Para algunos esta flexibilidad es liberadora, pero la mayoría prefiere conocer exactamente las expectativas y que se espera de ellos. Las distracciones externas en el hogar también se juzgan perjudiciales. Desde el sonido de cuando alguien llama a la puerta, actividad en la cocina, o familiares que se mueven en el interior del hogar, hasta aromas, sonidos o vistas que son parte de la vida diaria provocan la dificultad de concentración en el trabajo escolar. Las distracciones suceden tanto en los espacios habitacionales grandes como en los reducidos. A ello se le añade la percepción de falta de apoyo de los maestros, o seguimiento de los profesores para que los alumnos mantengan la disciplina y la concentración en lo que hacen. Produce un posible abandono de los deberes para dedicarse a otra cosa que consideran más agradable que la tarea escolar. Las emociones en el entorno familiar juegan también un papel importante en la posible desmotivación o concentración. Igual que la pérdida de los recesos escolares para actividades de gimnasia, música, o arte, que permite a los alumnos renovar el ánimo.

Para muchos alumnos estos mini descansos o paréntesis ayudan a reenfocarse para el aprendizaje. Las comunicaciones de los maestros vía e-mail pueden resultar difíciles de seguir, igual que una clase oral muy larga. A mayor cantidad de e-mails, más dificultad para mantener la concentración o el interés. 31 Un aspecto muy importante se vincula a la igualdad. Muchos estudiantes carecen de acceso a Internet o a ordenadores individuales en el hogar. Y sus padres adolecen de las condiciones económicas para suministrarles estas herramientas, lo que produce una injusta desigualdad de oportunidades de aprendizaje. En algunas regiones geográficas, sencillamente el acceso a Internet es inexistente. Siempre se ha insistido que las escuelas y las universidades son mucho más que edificios. Esta experiencia nos está demostrando la real interconexión entre el sistema educativo y la vida exterior a la escuela. Uno de los grandes desafíos que nos propone este momento sin precedentes es el de ajustar la infraestructura familiar con las funciones de aprendizaje en el hogar e interactuar de forma distinta. La educación consiste, básicamente, en transmitir conocimientos, inculcar capacidades para utilizarlos y desarrollar habilidades para solucionar problemas con ellos, tanto teóricos como prácticos. Pero la mejor forma de aprender es la tradicional: alguien que sabe cuenta y explica algo a alguien presente y este último lo va comprendiendo. Los colegios y las universidades mejores, de élite y más caros muy probablemente seguirán siendo los presenciales. 

Roberto M. Álvarez del Blanco 

Fuente: The News Letter Hope Initiative , COVID 19, Rotary Club, Vol. I – Nº33, diciembre 11, 2020 

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