Judicialización de la medicina
Judicialización de la medicina: mala praxis – error médico
La cuestión de la judicialización de la medicina es muy actual y tiene que ver estrechamente con el derecho a la seguridad del paciente que se ve amenazada por el error médico y más aún por la mala praxis. Es una tarea de la bioética diferenciar entre esas amenazas es necesario que debe permitirnos seguir el hilo para descubrir de dónde provienen una y otra así como prevenirlas. Resumimos aquí un trabajo de Soledad Valle, publicada en Diario Médico Joven, Madrid, el 8-5-2018.
“No buscan una indemnización. Piden que lo sucedido no le vuelva a ocurrir a nadie más”. Este es el punto de partida de los pacientes y familiares que acuden a un despacho de abogados reclamando por una supuesta mala praxis. Así lo han manifestado los ocho abogados, expertos en Derecho Sanitario, que defienden a pacientes desde hace veinte años, y que, además, han respondido a las preguntas de DM para elaborar este reportaje (ver los nombre en el apoyo, al final de la información).
Saben de lo que hablan y ofrecen una visión cualitativa de un problema de importancia cuantitativa incuestionable, que se traduce en una realidad: la judicialización de la sanidad crece, algo en lo que coinciden todos.
Si los asumimos como parte de la solución y no del problema -donde los sitúa el sistema, casi por defecto- se puede aprovechar su conocimiento para mejorar la praxis médica y la gestión de estos litigios. Los pacientes y familiares llegan hasta sus despachos con una pregunta: ¿Qué ha pasado?
Son los abogados,… [no los médicos los que dan una respuesta obligados por la exigencia de saber lo sucedido] para valorar si aceptan el procedimiento.
Cuando después del estudio se concluye que no hubo mala praxis, entonces, “consideran injusto haber tenido que acudir a un despacho y, en su caso, a un perito para llegar a conocer lo que ha sucedido. Reprochan que esa labor le correspondía a los médicos responsables de su atención”, detalla el abogado Carlos Sardinero. La mayoría de estos profesionales tiene que considerar el caso muy claro para reclamar:… “solo estimamos viable dos de cada diez casos. Una relación que se ha mantenido constante en estos veinte años”, aclara el abogado Carlos Aguirre. También afirma que “es común que los familiares mantengan que si se hubiese reconocido el error, no habrían acudido al despacho”…
Los médicos se refieren a la situación utilizando expresiones duras al afirmar que “hay una lejanía tremenda entre el personal sanitario y el paciente. No circula la información convenientemente. Se sigue considerando la información asistencial y el consentimiento informado como un trámite puramente burocrático”, hablan también de un trato “soberbio” y “falta de información” y de que “muchos pacientes admitirían deportivamente que del quirófano puedan salir peor que entraron, pero hay que decírselo así.
El médico tiene que hablar con el enfermo desde el minuto uno y explicarle si se trata de un cuadro complicado o que puede ser conflictivo”….Todos tienen en claro que si el médico que comete el error lo reconociera “el número de pacientes que deciden iniciar un proceso judicial decrecería”. Pero no es así, “lo más habitual es que la actuación sea la contraria. Es decir, que el médico mantenga una actitud esquiva y limite la información, lo que contribuye a generar más desconfianza”.
En la sanidad pública, las reclamaciones en vía judicial no se presentan contra el médico o el profesional sanitario que se considera que ha cometido la mala praxis, se responsabiliza al sistema… [frente al abogado los pacientes culpan] “al médico, a pesar de que, como reconocen, en muchas ocasiones la responsabilidad es del sistema; de los tiempos de espera, en muchos casos. Esta personalización del error en el médico, con razón o sin ella, puede explicar, en parte, la actitud esquiva del facultativo. Pero, en ningún caso, puede justificarla”
“Quizás si el médico no entendiese que se está cuestionando su profesionalidad por un fallo, se podría actuar como se hace en el resto de profesiones: reconociendo el error y remitiendo al afectado al seguro de responsabilidad para que indemnice. No sé dónde está el obstáculo que lo impide”, reconoce Aguirre. Sus colegas de profesión señalan como obstáculo la estigmatización profesional que algunos médicos ven en las reclamaciones por mala praxis. “Es ridículo e inadmisible que el profesional sanitario pretenda ser infalible o que, en su cabeza, la dicotomía sea la infalibilidad o la condena social”…
Carlos Sardinero cree que los sanitarios deberían tener una formación más completa en bioética. “El ejercicio de la medicina plantea problemas éticos y exige del médico una elevada calidad moral, pues la medicina no sólo se limita a conservar la salud, curar las patologías, disminuir los efectos de las enfermedades o prolongar la vida. Además, tiene que hacer todo esto con absoluto respeto a la dignidad del paciente, algo que se consigue con empatía”.
Pero asumiendo que el paciente tiene un derecho a reclamar incuestionable y los conflictos en este ámbito no van a desaparecer, los abogados apuntan a los acuerdos extrajudiciales como “la mejor solución”. Rafael Martín Bueno abre al refranero popular para recordar que “más vale un mal acuerdo que un buen juicio”.
Sin embargo, a pesar de las ventajas que todos los consultados encuentran en este procedimiento no se acude a él con frecuencia, como reconocen. Los motivos de esta falta de acuerdo recaen en varios responsables.
En primer lugar están las compañías de seguros de los servicios de salud, contra las que estos profesionales litigan. También el médico puede estar detrás de la negativa a negociar. “Un seguro nunca va a ir a juicio contra la voluntad del médico, pero me da la impresión de que los facultativos no son conscientes de esto”, señala Aguirre. El paciente también tiene motivos para no llegar a una solución fuera de los tribunales: “Reniegan de un acuerdo, pues suelen llevar aparejadas cláusulas de confidencialidad que impide poder difundir estas resoluciones y, por tanto, impiden cumplir con su anhelo de evitar que otras personas pasen por su sufrimiento”, aclara Darío Delgado. El abogado Francisco Almodóvar a pesar de reconocer estos acuerdos como “la mejor solución” opina que “no logran mejorar el sistema ni reducir las actuaciones presumiblemente negligentes”.
Con estas opiniones personales y parciales, pero fruto de una dilatada experiencia profesional, quedan esbozadas algunas debilidades del sistema que explicarían la actual judicialización de la Medicina, una realidad que preocupa a todos los implicados, incluido a los ocho abogados consultados.