Eutanasia en Canadá
En noviembre de 2025, Canadá publicó el 6to. informe anual sobre la asistencia médica para morir (Medical Assistance in Dying MAID) correspondiente al año 2024. El informe, elaborado por “Health Canada” (el departamento federal responsable de la política de salud), indica que hubo 22.535 pedidos de eutanasia, de los cuales se aplicaron 16.499. Esto significó un aumento del 6,9% con relación a 2023 (19.660 pedidos y 15.343 muertes por MAID). En 4.017 casos los pacientes fallecieron por otras causas (en 2023 habían sido 2.906 casos), 1.327 pacientes fueron considerados como “no elegibles” (en 2023 fueron 915) y 692 personas revocaron su pedido inicial (en 2023, 496).
El informe distingue dos tipos de pacientes: los que presentaban una situación en que la muerte era inminente (track 1) y los que no (track 2). Los pacientes del “Track 1” constituyen el 95,6% de los casos en que se aplicó la eutanasia (15.767), mientras que los de “Track 2” son el 4,4% (732).
Edad: Para el primer caso (track 1), la edad media en la que se solicitó la eutanasia es 78 años y para “Track 2”, 75,9 años.
Sexo: En el “Track 1”, 52,2% eran hombres y 47,8% eran mujeres. En el “track 2”, 56,7% eran mujeres y 43,3% eran varones.
Cuidados paliativos: El 74,1% de los pacientes recibió cuidados paliativos. En “Track 1”, el 76,4% de los casos, y en el “Track 2” sólo el 23,2%.
Discapacidad: del total de personas que murieron por MAID, 4.858 del “Track 1” (31,6%) y 437 del “Track 2” (61,5%) se identificaban como personas con discapacidad.
El siguiente cuadro permite comparar la variación interanual en las principales estadísticas:
Motivo 2023 2024 Porcentaje
Pedidos totales 19660 22535 15%
Muertes por MAID 15343 16499 8%
Muertes por otra causa 2906 4017 38%
No elegibles 915 1327 45%
Revocaciones 496 692 40%
Track 1 14802 15767 7%
Track 2 625 732 17%
Puede advertirse que en 2024 existió un mayor número relativo de revocaciones y de rechazo de pedidos de eutanasia. No obstante, continúa creciendo el número de pedidos de eutanasia y el número de eutanasias efectivamente realizadas. Todo ello, sostenido en el tiempo, configura una cultura que descarta a los pacientes.


