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Bioética y sociedad

Enfermeras desvalorizadas

Enfermeras desvalorizadas

A principios de 2020, como parte de una campaña mundial para elevar el perfil de la enfermería, la OMS, el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) y Nursing Now publicaron el primer informe Estado de la enfermería en el mundo” que establece una estrategia mundial para la enfermería. En ese momento, destacamos cómo el informe podría informar los diálogos sobre políticas y promover el reconocimiento del potencial de la enfermería para permitir la cobertura universal de salud, y enfatizamos cuán cruciales serían los años siguientes para mostrar el impacto de la enfermería.

La pandemia de COVID-19 ha demostrado cuán importantes eran estos mensajes.

El Día Internacional de la Enfermera fue el 12 de mayo. Este año se cumplieron poco más de 3 años desde que surgió COVID-19, un período en el que se hicieron enormes demandas a las enfermeras. La salud y los sistemas de salud aún no se han recuperado. ¿Qué sigue para el futuro de la enfermería global?

Las formas cruciales y diversas en que las enfermeras contribuyen a los sistemas de salud se manifestaron durante la pandemia. En Botswana, las enfermeras desarrollaron respuestas estratégicas para mitigar el brote, administrando clínicas móviles y gestionando la redistribución a las regiones rurales, demostrando su capacidad para identificar las necesidades de una comunidad y desarrollar sistemas que tuvieran en cuenta los factores locales.

El Reino Unido tiene una red de más de 5000 enfermeras de investigación, muchas de las cuales desempeñaron un papel crucial en el desarrollo de vacunas y terapias farmacológicas para COVID-19. Las enfermeras de Trinidad y Tobago mejoraron rápidamente sus habilidades para mejorar la capacidad de cuidados críticos y fortalecer el sistema de salud.

Sin embargo, las enfermeras no han sido recompensadas en términos de pago o apoyo. La pandemia ha exacerbado una crisis mundial preexistente de la fuerza laboral de enfermería. El bienestar y la moral de las enfermeras a nivel mundial están en su punto más bajo, y la intención de abandonar la profesión es alta. La escasez mundial de enfermeras antes de la pandemia se estimó en 6 millones, y el CIE sugiere que podría llegar a 13 millones en los próximos años debido tanto al aumento de la demanda como a la escasa retención.

Un estudio en The Lancet Regional Health Western Pacific, que incluyó a casi 140 000 enfermeras en China, informó que el 34% de las enfermeras se sentían agotadas y el 56% reveló síntomas de depresión durante la pandemia.

Una encuesta de 2022 en Bélgica encontró que el 44% de las enfermeras dijeron que tenían la intención de dejar sus trabajos, y el 27% consideraba una carrera no relacionada con la enfermería.

Las enfermeras de todo el mundo también se han visto obligadas a hacer huelga contra los salarios injustos y las condiciones de trabajo inseguras. Las respuestas de los gobiernos a las huelgas han sido variadas. En algunos países, como Alemania, la acción industrial ha dado lugar a acuerdos sobre personal más seguro y mejores condiciones de trabajo.

Considerando que, en enero, se aprobó en Zimbabue un proyecto de ley que prohibía las huelgas de los trabajadores de la salud, y que el Gobierno del Reino Unido emprendió recientemente acciones legales contra el Royal College of Nursing, declarando ilegal la huelga prevista. La acción legal no aborda la crisis de la fuerza laboral, y solo sirve para exacerbar el creciente descontento en la profesión.

Se requieren varios cambios. Se necesitan estrategias optimizadas para abordar la escasez de mano de obra y mejorar las condiciones de trabajo que consideren el trauma colectivo experimentado por las enfermeras durante la pandemia para protegerlas y apoyarlas de manera efectiva. Garantizar mayores oportunidades de carrera en enfermería ayudará a promover el reclutamiento y la retención a largo plazo, salvaguardando la sostenibilidad de la profesión.

Las enfermeras son cuidadores vitales. La pandemia sirvió para reforzar este papel en el imaginario público. Pero las enfermeras también deben ser reconocidas como científicas y líderes con una necesidad de educación de alta calidad, trayectorias profesionales definidas e inversiones que reflejen sus responsabilidades y roles en el sistema de salud. Como tal, la financiación de la educación de enfermería en todos los niveles debe ser una prioridad.

En los Estados Unidos ha habido una disminución en la matrícula para títulos de enfermería por primera vez en 20 años, una disminución atribuida a la escasez de profesores en educación de enfermería. Sin educadores de enfermería adecuados, las instituciones no pueden aumentar de manera viable la capacidad de capacitación. Los títulos de posgrado y las oportunidades de investigación necesarias para tales puestos son limitados, a menudo dependen de la autofinanciación, y los puestos de la facultad a menudo están mal compensados. Las universidades e instituciones educativas deben fortalecer sus departamentos de enfermería.

Las enfermeras demostraron su papel esencial en los sistemas de salud durante la pandemia, pero esto no se ha reflejado en la protección y el apoyo en el lugar de trabajo. La exacerbación de una crisis de fuerza laboral preexistente está dejando a los sistemas de salud más vulnerables y menos resistentes. Sin una renovación inmediata y concertada de los compromisos con la enfermería de todos en la salud y las ciencias de la salud, no puede haber una recuperación o fortalecimiento efectivo de los sistemas de salud para el futuro.

Fuente: Editorial, The Lancet, p.1545, 13 mayo 2023

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