El crecimiento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en el planeta
Según se aleja la euforia que presidió el Acuerdo de París de 2015, se diluye el esfuerzo que los países están realizando para frenar el cambio climático. Las emisiones de gases de efecto invernadero volverán a subir en 2018 y alcanzarán su máximo histórico, según el análisis de los investigadores de la Universidad de East Anglia que se publica este miércoles simultáneamente en Nature, Earth System Science Data y Environmental Research Letters. El aumento o descenso anual de las emisiones está en estos momentos en manos de cuatro potencias, que acumulan casi el 60% del CO2 del planeta: China, EE UU, la UE e India. Y en todas, salvo en la UE, están previstos fuertes incrementos este 2018.
Durante tres años, entre 2014 y 2016, las emisiones mundiales procedentes de los combustibles fósiles y la industria (que suponen el 90% del dióxido de carbono que emite la actividad del ser humano) se estancaron mientras crecía el PIB mundial. Sin embargo, aquella tendencia no se consolidó. Y en 2017 volvieron a crecer un 1,6% y en este año volverán a crecer. Y no poco. La proyección estima que el incremento se vaya a un 2,7%. Las actividades humanas generan 41.500 millones de toneladas de las que 37.100 procederán de la quema de combustibles fósiles. No se trata de una subida cualquiera. Significa el pico histórico de gases emitidos.
¿Por qué este incremento? «Porque la economía mundial está creciendo bien y de una forma muy coordinada entre los bloques económicos más importantes del mundo: EE UU, Europa, Japón, China…» dice el estudio, presentado por Carbon Budget Project. Desafortunadamente, la capacidad de energías renovables instalada no es suficientemente grande como para cubrir el crecimiento en la demanda global de energía y, por tanto, hemos visto que plantas de carbón que estaban funcionando por debajo de su capacidad (la mayoría en China) han aumentado su producción». Este es un aldabonazo que llega en plena Cumbre del Clima de Polonia (COP24)., cuando se está discutiendo cómo aplicar concretamente el Acuerdo de París y cuánta ambición extra hay que poner encima de la mesa para contener la subida de la temperatura global, las mediciones muestran que, en realidad, se está aflojando. El tercer pilar de esta conferencia, la transición justa, cobra más relieve al tener que activar mecanismos para que los sectores señalados (la minería, las petroleras, las eléctricas…) no esgriman las pérdidas sociales y de empleo que conlleva el abandono de estas fuentes energéticas fósiles.
Proyección de emisiones por los combustibles fósiles.
La investigadora jefa del proyecto, Corinne Le Quéré, ha sido taxativa al señalar que no basta con instalar renovables, hay que abandonar la dependencia del carbón, el petróleo y el gas: «La energía a base de combustibles fósiles tiene que abandonarse». La directora del Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático ha insistido en la necesidad de apoyo económico para que el cambio «sea justo para todas las generaciones». Según la científica, «la demanda de energía ha sobrepasado el ritmo de descarbonización».
Los cálculos de los investigadores muestran que la concentración de CO2 en la atmósfera se irá, de media anual, a las 407 partes por millón. Lejos queda el umbral histórico de las 400 ppm que se sobrepasó por primera vez de forma global y continuada en un año, tan solo en 2015. Al inicio de la era industrial humana (1790) esa concentración estaba en 278 ppm.
Ninguno de los grandes responsables mundiales muestra un buen comportamiento. China, que supone el 27% de las emisiones globales, va a subir un promedio del 4,7% la cantidad de CO2 que lanzará al aire porque seguirá usando carbón. EEUU tampoco está mucho mejor y relanza sus emisiones tras varios años de descenso «por las condiciones climáticas que exigieron más calefacción y refrigeración». Es decir, hubo picos extremos de temperatura fría y cálida, uno de los efectos comprobados del cambio climático. EEUU supone el 15% de las emisiones y este 2018 aumentará en un 2,5%. La Unión Europea está titubeante ya que su recorte se quedará en el 0,2% cuando venía empalmando rebajas de 2%. El documento indica que India no ha podido separar su intenso crecimiento macroeconómico del uso de fuentes de energía fósiles.
El pacto de París, firmado en 2015, establece como objetivo que el aumento de la temperatura a final de siglo no debería superar los 1,5 o 2 grados respecto a los niveles preindustriales. Y el planeta está ya en un grado de aumento. Esto no debe tomarse a la ligera ni menos aún despreocuparse ya que el fenómeno genera desastres provocados por el clima que durante 2017 costaron a la economía mundial 320.000 millones de dólares y 10.000 vidas.
Raúl Rejón / Manuel Panelles
Fuentes: El diario.Es 5-12 – El País (Madrid) 5-12