El agua como derecho humano
Remitimos aquí a la Declaración de la Comisión Nacional de Bioética de El Salvador, emitida el 11 de octubre de 2009, en que la misma realiza un análisis bioético acerca de los proyectos de ley presentados a la legislatura de ese país para establecer pautas legales de uso del agua.
Esta declaración tiene auténtica vigencia y un valor fundamental para los países latino americanos al momento de considerar un derecho poco mencionado que es el derecho al agua. Este elemento vital para el desarrollo no sólo del del ser humano sino de toda vida sobre la tierra, se viene convirtiendo en un bien escaso en nuestro continente y en el mundo y ello no tanto por el consumo doméstico, que es donde normalmente se hace hincapié pidiéndonos que cerremos los grifos y tomemos duchas de 5 minutos, sino especialmente por su uso industrial y en la minería. Todo bien escaso es tentador para los poderosos ya que ven en su explotación un motivo de ganancia monetaria y ello es lo que ocurre en nuestros países cuando el acceso al agua está mediado por el dinero.
No se trata de si nuestro nivel de riqueza nos permite pagarlo, sino de que es un bien común, un bien que no pertenece o mejor dicho no debe pertenecer a nadie, como lo son la tierra y el aire. Los grandes comerciantes que manejan los capitales que dicen imprescindibles para la economía (cosa falsa porque sabemos que lo que mueve la economía no es el capital sino el trabajo), quieren apoderarse ahora del agua, considerando que puede ser «explotada», (no es casual este término en este contexto), por empresas privadas y quitando las decisiones de manos de los estados que se supone representan a las poblaciones (y algunas veces lo hacen).
Es importante esta declaración y tal vez deberíamos hacer alguna declaración o al menos documento semejante en todos los países y darlas a conocer a las poblaciones además de a los gobernantes y representantes del pueblo, como un modo de defensa del derecho a la vida que implica NECESARIAMENTE el derecho a la comida, al agua y al aire y más aún el derecho a una comida sana, a un agua potable y a un aire incontaminado.