Discapacidades de los Sistemas de Salud
Discapacidades de los Sistemas de Salud
La atención de salud a los discapacitados: una deuda universal
Preocuparse y sobre todo ocuparse de personas con discapacidad es un requerimiento que parece ser olvidado, o al menos colocado en segundo lugar cuando se habla sistemas de salud. Es, sin duda un tema que debe ocupar espacios y tiempos de los expertos y políticos si realmente el objetivo es la igualdad de derechos. Este editorial de The Lancet nos puede ayudar a pensar en ello.
Los sistemas de salud actuales están fallando a los mil millones de personas en todo el mundo que viven con discapacidades. A menos que el acceso a la atención médica se mejore dramáticamente para este grupo marginado, el objetivo de la cobertura universal de salud no se logrará. Estas son las duras conclusiones de The Missing Billion, un informe de la London School of Hygiene & Tropical Medicine y otros socios, publicado el 9 de julio, que arroja luz sobre las barreras a la atención médica y las disparidades en los resultados que enfrentan las personas que viven con discapacidades.
La carga de la discapacidad: física, mental, intelectual o sensorial, representa en países de ingresos bajos y medios, aproximadamente el 80% de las personas discapacitadas que viven en ellos. Las personas con discapacidades tienen menos probabilidades de acceder a los servicios de salud que las personas sin discapacidades, tienen mayores necesidades de salud y tienen más probabilidades de tener peores resultados, incluida una mayor prevalencia de nacimientos prematuros y mortinatos, mayor riesgo de malnutrición en la infancia, mayores tasas de VIH, diabetes y enfermedades cardiovasculares, y menor esperanza de vida.
La asequibilidad de la atención es un obstáculo importante para ellas. Además las personas con discapacidades tienden a ser más pobres, tienen mayores costos de atención médica y tienen un 50% más de probabilidades de experimentar gastos de salud catastróficos que las personas sin discapacidades. La inaccesibilidad física de las instalaciones de salud y los problemas con el transporte presentan grandes desafíos logísticos, por lo tanto, las instalaciones deben ser inclusivas y accesibles para todos. El estigma que enfrentan las personas que viven con discapacidades en forma de actitudes negativas, ignorancia y falta de comunicación entre los profesionales de la salud, también es una barrera y, con demasiada frecuencia, dificultan la búsqueda de la salud. Es casi de Perogrullo sostener que las personas con discapacidades se ven afectadas por enfermedades al igual que todos los que no sufren discapacidades y los profesionales de la salud no deben permitir que la presencia de una discapacidad supere las necesidades de salud de una persona.
Si bien se necesitan mejores datos, que incluyen métricas de salud de rutina e información sobre la cobertura de salud desagregada por discapacidad, hay acciones que se pueden implementar ahora.
La conciencia de la discapacidad debe ser un aspecto central de la capacitación de los profesionales de la salud. Los ajustes razonables, como citas más largas para pacientes con discapacidad intelectual, o simplemente considerar la mejor manera de comunicarse con personas con discapacidades visuales o auditivas, pueden hacer una gran diferencia. La inclusión sistemática de adaptaciones dentro de los sistemas e instalaciones de salud en la etapa de planificación es mucho más eficiente y más económica que la adaptación de los sistemas existentes como una idea de último momento.
Además de romper las barreras a la atención médica para las personas con discapacidades, es preciso mejorar la calidad de la atención para minimizar el daño que pueda causar esas discapacidades. La mala calidad de la atención durante el embarazo, el parto y el período neonatal puede llevar a retrasos y discapacidades del desarrollo neurológico. En Uganda, por ejemplo, la prevalencia de parálisis cerebral en niños de 2 a 17 años fue sustancialmente mayor que en los países de ingresos altos. Sin embargo, no sólo hay que atribuir esta diferencia al período de gestación: mientras que solo el 5 al 6% de los casos de parálisis cerebral se produjeron después del período neonatal en los países de ingresos altos, una cuarta parte de los casos en Uganda se desarrollaron después de este período, probablemente debido a infecciones.
Es importante destacar que el curso de la discapacidad no es estático. Con atención y rehabilitación de buena calidad, las personas con discapacidades cognitivas y físicas, si se identifican temprano, pueden mejorar la función. Y en niños con deficiencias sensoriales, la intervención temprana con implantes cocleares, audífonos o corrección visual les permite seguir una trayectoria de desarrollo más normal. El conocimiento de que algunas discapacidades pueden tratarse, puede ayudar a combatir el estigma asociado con ellas en algunos entornos.
Que 1 billón de personas discapacitadas, en todo el mundo, estén siendo rechazadas por los servicios de salud actuales es una parodia. A medida que avanzamos en la agenda de cobertura de salud universal, las personas con discapacidad no deben ser olvidadas. Priorizar la discapacidad requerirá creatividad e innovación, pero también trabajo duro. La atención primaria de salud, como la estrategia por la cual se logrará la cobertura de salud universal, no solo debe incluir los problemas de discapacidad, sino también ser dinámica en cuanto a su detección temprana y el tratamiento. En efecto, el tratamiento temprano de las discapacidades tiene efectos en cadena para el capital humano y el desarrollo porque, con la intervención adecuada, muchos niños pueden lograr un desarrollo que les permita contribuir más plenamente a la sociedad y la prosperidad económica.
Aunque está implícito en la búsqueda de la cobertura de salud universal, la discapacidad no figura en la agenda de la próxima Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Cobertura de Salud Universal, ni se menciona específicamente en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3. Acceso a atención médica de buena calidad para las personas con discapacidades es una prueba de fuego para determinar si se logra la cobertura de salud universal. El diseño de sistemas de atención médica que satisfagan las necesidades de las personas con discapacidades y otros grupos marginados sin duda mejorará la atención médica para todos.
Fuente: Editorial, vol. 394, issue 10194, p. 187, july 20 2019