Buenas intenciones – México
Buenas intenciones
Uno de los mayores azotes en América Latina es la desigualdad que se ve a todos los niveles y entre ellos el económico. ¿Cuánto gana un trabajador común y cuánto un burócrata, un funcionario, un yuppie o un ejecutivo?
¿Es este un problema bioético? Lo es definitivamente en tanto y en cuanto las posibilidades económicas en sociedades con sistemas económicos sostenidos por el consumo, imposibilitan no sólo una buena vida sino muchas veces la supervivencia de los que menos ganan. La exigencia de igualdad a los estados comienza por reclamar a los gobiernos que posibiliten todas las igualdades: las de alimentación, comunicación, educación, descanso, expresiones de todo tipo básicamente. Cuando un nuevo gobierno asume no puede hacerlo de inmediato pero si debe dar señales de que andará por esa senda. Esto es lo que está sucediendo en México con las medidas de austeridad que propone su nuevo presidente: que anunció la reducción del 50% de la alta burocracia desmantelando plazas de confianza, pero no se tocarán plazas “de base” y tampoco habrá compensaciones ni bonos. Baja de sueldos jerárquicos en el gobierno a la mitad, incluido el del presidente y la eliminación de subsecretarías y delegaciones federales en los estados. También toca al congreso reduciendo dietas, eliminando comisione, viajes al extranjero y seguros de gastos médicos mayores a diputados y senadores. La estrategia incluye reformas que serán enviadas a la próxima legislatura para que nadie gane más que el presidente. No habrá pensiones para ex presidentes ya que si trabajaron en el servicio público tendrán derecho a la pensión de ISSSTE y si pasan de 65 años contarán con el apoyo de adultos mayores. Se buscará que Boeing compre el avión presidencial para no perder dinero. Se cancelará la compra a EEUU de ocho helicópteros artillados para la marina, con valor de 25 mil millones de pesos.
Es esto suficiente para implantar la justicia en un país? No es suficiente, claro pero es un signo importante de hacia dónde se encamina el nuevo gobierno que manifiesta buenas intenciones. Muchas veces esas manifestaciones son mero simulacro, esperamos que esta vez no lo sean. A este gobierno, como a todos los gobiernos de América Latina, la bioética reclama justicia para que no solo unos pocos de sus habitantes sino todos ellos puedan, en nuestra región, gozar del derecho a la vida y la salud en plenitud.
MLPfeiffer